martes, 18 de diciembre de 2007

CERRÉ MI PUERTA AL MUNDO



Cerré mi puerta al mundo; se me perdió la carne por el sueño...

Me quedé, interno, mágico, invisible, desnudo como un ciego.

Lleno hasta el mismo borde de los ojos, me iluminé por dentro.

Trémulo, transparente, me quedé sobre el viento,

igual que un vaso limpio de agua pura,

como un ángel de vidrio en un espejo.


Emilio Prados

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