martes, 18 de diciembre de 2007

A MI AMOR PRIMERO


Deja esa canción amorosa, no fluyas en mi corazón veneno,

- soy yo joven, pero juventud no recuerdo,

y si recordara, no remuevo esto,

que yo llegué a odiar y ante ti con mis pies he pisoteado.

Olvida el tiempo cuando lloraba para mirada querida y un suspiro:

esclavo fui entonces - cadenas arrastraba,

para una tuya sonrisa demente yo al mundo

despreciaba mis sentimientos en la cal envolvía!


¡Olvida tú aquellas locuras,

en ese pecho ya amor no ilumina y tú no puedes despertarlo allá,

donde tristeza profunda reina,

donde todo en heridas cubierto y corazón maligno en maldad se desenvuelve!

Tú tienes voz hermosa - joven eres,

¿pero oyes cómo el bosque canta? ¿Oyes cómo los pobres lloran?

¡Para esa voz anhela mi alma, y allí se arrastra el corazón herido,

allí, donde es en sangre hundido!

¡Oh, quita esas palabras veneno!

¡Oye cómo gime bosque y hojarasca,

oye cómo bullen tormentas ancestrales,

cómo ordenan letra tras letra

- cuentos de viejos tiempos y canciones de nuevos pesares!


Emprende y tu canción de esas,

cantame, moza, a pena, canta cómo el hermano al hermano vende,

cómo perecen juventud y fuerza,

cómo llora pobre viuda y cómo sin casa sufren niños péquenos!

¡Canta, o calla, vete!

¡Que mi corazón ya palpita

- volará, volará, en bosques, - vuelve en sí!

Allá, donde tierra gruñe y resuena de gritos temerosos malignos

y canciones de tumba antes de la muerte.

Allá. allá tormenta rompe ramas, y espada en laurel las recoge;

boquiabiertos temerosos barrancos, y chilla en ellos grano de plomo,

y de la muerte la dulce sonrisa esta allá la fría tumba es dulce descanso.


Eh, esas canciones y esa sonrisa ¿qué voz va a gritármelas, las cante?

- ¡Qué sangrienta borrachera yo levante, de la que el amor enmudece, y

entonces solo yo a cantar emprenderé a cuanto amo y a cuanto añoro!.


Hristo Botev

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